Viajar es algo más que visitar las atracciones más turísticas; se trata de vivir experiencias auténticas que te conecten con una nueva parte del mundo, una cultura diferente y pueblos diversos.
Viajar puede expandir tu mente, ampliar tus perspectivas y ayudarte a crear recuerdos y relaciones duraderas.
Chile, con gente casi tan diversa como su paisaje, es un gran destino para experimentar la singularidad del mundo. Desde los Andes hasta la Antártida, nuestro país es realmente uno que exige ser explorado de forma única.
¿Qué hay en la zona norte de Chile?
En la región norte del país se encuentra el “Jardín de Atacama”, el Valle del Huasco. Un viaje a esta región le llevará a explorar el importante cultivo de la región, las aceitunas, que fueron traídas por los españoles cuando la región fue colonizada por primera vez. La zona ofrece muchas opciones de ecoturismo y agroturismo para disfrutar de la Ruta del Olivo, incluyendo visitas a los huertos y demostraciones de cata de aceitunas.
Los visitantes de esta zona también podrán conocer la cultura diaguita. Un viaje a la naturaleza proporcionará algunas de las oportunidades más increíbles para la observación de las estrellas, y el Valle del Huasco es también donde se encuentra el Parque de los Llanos de Challe, que no hay que perderse.
Los atractivos de la zona central
En el centro de Chile se encuentra la Reserva Mundial de la Biosfera Laguna del Laja. Dentro de esta reserva se encuentra Ecobox Andino, un refugio de montaña con cuatro cabañas que funcionan con energía sostenible y reducen su impacto ambiental. Tanto si vas a recorrer Chile y sólo te vas a quedar unos días antes de volver a la carretera como si te vas a tomar el tiempo de sentarte y reflexionar sobre tu entorno boscoso, una estancia en el Ecobox Andino es una gran opción de viaje sostenible.
Una verdadera experiencia cultural se encuentra en las montañas, a poca distancia de Santiago, llamada la Ruta de los Tesoros Vivos. En colaboración con las comunidades locales, los habitantes de la ruta dan la bienvenida a los viajeros a lo largo del camino mientras se desplazan a caballo o en mula. Cada guía le enseñará a cuidar de su montura y a guiar su camino por las estrellas a través del país de las colinas.
La inmersión cultural y el viaje sostenible son los aspectos más destacados de esta experiencia.
La belleza del sur
La isla de Chiloé es la segunda más grande de Sudamérica y cuenta con una cultura propia y única. Desde sus iglesias completamente de madera hasta sus casas pintadas de colores vivos y los negocios que se ciernen sobre los pilotes de la cala, Castro, la capital de la isla, es un lugar perfecto para quien busca explorar y sumergirse en algo muy diferente.
Los visitantes de la isla pueden disfrutar del mercado agrícola de Castro antes de acudir a una clase de cocina, donde un chef les enseñará a preparar los platos característicos de la isla.
Uno de los lugares más populares para explorar en Chile es la región de la Patagonia, conocida por sus pingüinos y su topografía glacial. Si quiere acercarse al máximo al paisaje y a sus animales, alójese en el Ecocamp, el primer hotel con cúpula geodésica neutra en carbono del mundo, que se encuentra en lo más profundo del Parque Nacional Torres del Paine. Construido por los nativos káweskar, la sostenibilidad está en la vanguardia de este alojamiento, que también ofrece excursiones para ayudar a maximizar su experiencia.
