Pichilemu y su corazón de surfista

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Existen lugares y regiones para las que, francamente, no se puede hacer una recomendación turística. Es que, claro está, una es muy poco. Lugares como Pichilemu, en la zona centrosur de Chile, son ejemplo de ellos, por sus múltiples atractivos geográficos y su entorno peculiar en lo deportivo y playero.

Cuando el asunto es tener unas vacaciones reponedoras o cuando, por otro lado, el objetivo es romper la rutina con actividad intensa en una localidad que no para nunca, Pichilemu responde de sobra a la medida de las expectativas. En esta comuna, es posible hacer rutas de Trekking en familia para diferentes niveles de deportistas, entre las que destacan el tour Boyeruca, enfilado junto al mar, y el tour Cabeceras, de destacable ruralidad y paisajes campestres. Además, “La Poza del Encanto”, “Los Molinos” y “El Bronce Las Salinas” son altamente solicitadas por los turistas de todas latitudes.

Junto al Trekking, Pichilemu es un sombrero de mago del cual los más busquillas podrán extraer hermosos parajes para ir de camping, o recintos perfectamente acomodados en los que arrendar cabañas familiares o en pareja, desde los cuales salir a recorrer las calles y plazas de esta hermosa ciudad costera. Las artesanías y souvenirs de su centro cívico son, además, un valor imperdible para quienes lo visiten.

Capital del surf

Sin embargo, si hay algo que le da un sello innegablemente distintivo a Pichilemu es el atractivo y grandilocuencia de sus olas que, si bien han traído más de alguna consecuencia dramática, porque surfear no es como andar en auto que en donde si contrataste un seguro de auto, no será problema que tengas algún accidente, pero en cambio, los torneos de surf sí se corren más riesgos, pero de todos modos, suelen ser un maravilloso espectáculo para viajeros, residentes y deportistas, porque Pichilemu y sus alrededores se presentan al mundo como la “Capital del Surf en Chile”, con una etiqueta que quizás se queda corta.

Sin ir más lejos, la World Surf League tiene uno de sus principales eventos en Punta de Lobos, Pichilemu, en una de las citas del denominado “Big Wave Tour”, que ofrece premios en disputa para los mejores surfistas del planeta. Es común, entonces, para los turistas, el verse entremezclados sin quererlo –o queriéndolo, quizás- entre cosmopolitas grupos de bañistas con trajes ajustados y tablas de flotación pululando por toda la ciudad en época estival.

En onda con lo anterior, son muchos los locales y tienditas playeras que abastecen al turista y aficionado al surf de detalles y artículos alusivos al alma marina de Pichilemu, con llaveros, poleras, gorros, tazones, figuras, pósteres y más, mucho más, porque en esta ciudad no se niega el alma ni la pasión que la embellece.

Definitivamente, el turismo en Pichilemu es una vivencia impagable en satisfacciones y momentos. A la orilla de la playa, que está a no muchas cuadras del corazón de la comuna, dejarse escapar es tan fácil como imbuirse en el sonido del mar y las luces de las naves en altamar, cerca del horizonte. Por otro lado, a pesar de que el tiempo siempre acompaña, en Pichilemu la temperatura y los vientos serán agradables para quien acostumbre el vestir ligero pero siempre con estilo.

Y no, no fue en vano el remezón de 2010, porque aunque desde antes existían medidas claras en Pichilemu para afrontar desastres naturales como terremotos y tsunamis, la magnitud de lo ocurrido en aquel febrero dejó favorables lecciones entre quienes lo experimentaron. Hoy, Pichilemu luce rearmada y mucho más robusta y compuesta que antes, habiendo resurgido en sí misma con pleno éxito y fortaleza. Hoy, sin dudas, es mucho más segura como hogar y más atractiva como sitio habitual de paso.