La ballena jorobada Moon fue vista nadando 4000 kilómetros con una grave fractura en su columna vertebral. No saben si logrará sobrevivir después de su migración.
Las ballenas jorobadas sufren peligros que la mayoría de las personas no conocen, y tiene que ver con la invasión del humano en su hábitat natural, al grado de provocarles padecimientos que pueden acabar con su vida. Este es el caso de Moon, una ballena jorobada que fue fotografiada en septiembre de este año mientras estaba en terribles condiciones.
La ballena Moon fue vista por biólogos marinos de Columbia Británica, cuando nadó desde la costa de Canadá hasta la isla de Hawái con la columna vertebral fracturada. La investigación de este animal marino continúa, pues no se sabe a ciencia cierta qué provocó sus lesiones, pero suponen que fue producto de un choque con un barco grande o una lancha que circulaba a gran velocidad.
A pesar de que Moon tenía la columna completamente desviada y la cola inmovilizada, esto no le impidió nadar hasta 4000 kilómetros, algo sorprendente para Janie Wray, directora ejecutiva e investigadora principal de BC Whales y cofundadora de North Coast Cetacean Society, quienes se están haciendo cargo del seguimiento de la ballena.
Las ballenas jorobadas están siendo afectadas por el tráfico marítimo
Aún no es posible determinar con exactitud qué provocó la fractura en la columna de la ballena Moon y otros ejemplares, pero la teoría con más sentido tiene que ver con el tráfico marítimo, un factor de riesgo para las ballenas jorobadas que suelen tener vida justo debajo de la superficie del agua. A este nivel suelen amamantar a sus crías y dormir.
Debido a esto es que las grandes embarcaciones provocan choques contra ellas, así como las lanchas que pasan a una gran velocidad sin percatarse de las especies marinas que están a su paso. Según DFO o Fisheries and Oceans Canada, otras cuatro ballenas jorobadas han sido identificadas sin vida en las costas de British Columbia entre octubre y noviembre.
La ballena jorobada Moon había sido captada por primera vez desde hace un año en Fin Island, Canadá, ganando su nombre que se traduce a “Luna” en español. Desde entonces se habían estado monitoreando sus recorridos y estado de salud, pero ahora lamentablemente no hay mucha esperanza de que pueda sobrevivir.
“Definitivamente no hará la migración de regreso a Columbia Británica en la primavera. Creo que fallecerá antes de que eso suceda”, comentó Wray.