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En un reciente informe, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha revelado nuevas estrategias para abordar la crisis de salud pública causada por el aumento de enfermedades crónicas a nivel global. Según la OMS, se estima que las enfermedades no transmisibles, como la diabetes y las enfermedades cardíacas, representan el 71% de todas las muertes en el mundo. Este llamamiento a la acción busca fortalecer la prevención y el control de estas afecciones a través de campañas de concientización y programas de promoción de estilos de vida saludables.

El informe, publicado el pasado 20 de octubre, destaca la importancia de implementar políticas que fomenten la actividad física y una alimentación balanceada, así como el acceso a servicios de salud de calidad. La OMS insta a los gobiernos a invertir en infraestructura que promueva la actividad física, como parques y senderos seguros, y a regular la publicidad de alimentos poco saludables, especialmente aquellos dirigidos a los jóvenes.

Además, la OMS ha señalado que el estrés y la salud mental están íntimamente relacionados con el aumento de enfermedades crónicas. En este sentido, se ha propuesto una nueva iniciativa que tiene como objetivo integrar la atención de la salud mental en los sistemas de salud pública, garantizando que las personas reciban el apoyo adecuado no solo físico sino también emocional.

La comunidad médica ha recibido el informe con una mezcla de esperanza y escepticismo. Mientras algunos expertos celebran la proactividad de la OMS en abordar la enfermedad crónica, otros advierten sobre la falta de recursos en muchos países para llevar a cabo estas recomendaciones. “Nos enfrentamos a un desafío monumental; es esencial que se proporcionen los fondos adecuados para implementar estos cambios”, comentó un destacado epidemiólogo en una reciente conferencia.

En la región de América Latina, se espera que las recomendaciones de la OMS tengan un impacto significativo en las políticas de salud pública de países como México y Brasil, donde las tasas de enfermedades crónicas son alarmantemente altas. Se anticipa que, si se adoptan estas medidas, se podría ver una mejora en la calidad de vida de millones de personas y una reducción en la carga de enfermedad que actualmente enfrenta el sistema de salud en la región.