En un esfuerzo por reducir la contaminación plástica, Ocean Wise, en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá y el Distrito Regional de Nanaimo, ha lanzado una guía práctica destinada a ayudar a las empresas a minimizar su huella de plástico. Esta iniciativa busca ofrecer soluciones simples y efectivas que se pueden implementar en cualquier negocio, y va dirigida a aquellas entidades que desean adaptarse al creciente enfoque sobre sostenibilidad y responsabilidad ambiental. La guía compila cinco prácticas recomendadas que abarcan desde la opción de utilizar productos reutilizables hasta adoptar hábitos de compra más inteligentes.
La primera de las mejores prácticas destacadas es ofrecer opciones reutilizables a los clientes que deciden comer en el local. En el sector de alimentos y bebidas, operar con un “sistema cerrado” facilita el control de todo el proceso, desde el pedido hasta la limpieza. Emplear vajilla reutilizable no solo disminuye la cantidad de desechos, sino que también mejora la experiencia del cliente y realza la imagen de la marca, creando un ambiente más atractivo. Para las ventas para llevar, se alienta a los clientes a traer sus propios recipientes, lo que refuerza la cultura de sostenibilidad que se busca instaurar.
Otra de las prácticas recomendadas es realizar compras y abastos de manera responsable. Las pequeñas empresas, al reducir su dependencia de proveedores que utilizan envases plásticos, pueden optar por productos sin empaque o utilizar bolsas de tela reutilizables. Además, la adquisición de productos locales, como pan fresco o frutas y verduras, no solo minimiza el uso de plásticos derivados del transporte, sino que también contribuye a reducir la huella de carbono asociada a la logística de distribución.
La tercera práctica implica trabajar en conjunto con proveedores para reducir los residuos generados. Establecer alianzas con proveedores locales permite a las empresas solicitar productos personalizados que pueden ayudar a minimizar el desperdicio de alimentos y el uso de plásticos en los empaques. Al fomentar un diálogo abierto sobre sus necesidades, las empresas pueden incentivar a sus proveedores a ofrecer opciones más sostenibles y eficaces que se alineen con sus objetivos de reducción de residuos.
Por último, la guía destaca la importancia de ajustar el sistema de gestión de residuos de cada negocio e involucrar a socios de reciclaje. Implementar políticas claras de gestión de residuos junto a señalización efectiva puede guiar a los clientes hacia una correcta disposición de sus desechos. Además, es vital la separación de residuos en reciclables, orgánicos y desechos peligrosos, siguiendo las directrices locales. Adoptar estas prácticas no solo contribuirá a una menor huella de plástico, sino que también promoverá una responsabilidad colectiva hacia el medio ambiente, beneficiando tanto a la comunidad como al negocio.








