Sin duda, la crisis de salud a nivel nacional ha capturado la atención de los medios en los últimos tiempos, y uno de los epicentros de este problema es el Hospital San José. Este nosocomio, que brinda atención a casi un millón de personas, se ha visto envuelto en escándalos e investigaciones, con funcionarios acusados de amparar prácticas poco transparentes. Recientemente, se ha presentado una querella por prevaricación administrativa contra el equipo directivo del Servicio de Salud Norte y la administración del propio hospital, lo que ha desatado un fuerte debate sobre la integridad de la gestión en uno de los centros de salud más importantes del país.
La situación en el Hospital San José se ha vuelto insostenible, según informado por la Contraloría General de la República en junio de 2024, donde se revelaron graves falencias y alarmantes riesgos de fraude y corrupción. Este descontrol ha llevado a la inestabilidad en la dirección del hospital, con la reciente destitución y nombramiento de cuatro directores en menos de un año, incluyendo a Aldo Yáñez, quien regresa al cargo tras ser despedido apenas unos meses atrás. Esta serie de cambios abruptos ha dejado perplejos a los funcionarios, quienes esperan que un cambio de gobierno traiga consigo una mejora necesaria, ya que consideran que han sido testigos de la peor administración de salud en años.
Las críticas hacia la gestión de Antonio Infante, el actual director del Servicio de Salud Norte, son contundentes, incluso desde dentro de la misma comunidad del hospital. Varios miembros han expresado su preocupación sobre la falta de experiencia y competencias de Infante en situaciones críticas, interrogándose sobre su idoneidad para dirigir un hospital en crisis. A su juicio, el proceso de gestión ha sido desastroso, culminando en la contratación de un consultor que, a pesar de cobrar sumas exorbitantes, ha proporcionado soluciones que ya eran bien conocidas en el ámbito hospitalario. Esta situación ha generado descontento entre los médicos y personal que lidian con la precariedad en su trabajo diario.
El 10 de abril, la Dra. Erika Dahl presentó una querella criminal en el Tercer Juzgado de Garantía de Santiago por prevaricación administrativa, que busca responsabilizar a las autoridades involucradas en presuntas irregularidades en un sumario administrativo crucial. La denuncia destaca la presión ejercida por Infante para obstruir la investigación y el encubrimiento de información sensible por parte de la dirección del hospital. Este caso no solo pone en entredicho la gestión directa de Infante, sino que también sugiere un ambiente de intimación que ha limitado la transparencia dentro del recinto, lo que es inadmisible en el ámbito de la salud pública.
A pesar de la gravedad de las acusaciones, el Ministerio de Salud ha mantenido un relativo silencio sobre la querella y sus implicaciones. Aunque ha confirmado que están monitoreando la situación, la falta de una respuesta oficial genera más inquietudes sobre las posibles repercusiones en la gestión del Hospital San José y del Servicio de Salud Metropolitano Norte. La reciente visita del subsecretario de redes asistenciales a la región, en medio de estas turbulencias, parece indicar la urgente necesidad de abordar los problemas existentes, aunque muchos en la comunidad médica esperan que esta nueva administración actúe con rapidez y efectividad para resolver la crisis que ya ha cobrado mucho.