El Golfo de Maine (GoM), una de las regiones costeras más ricas en biodiversidad de América del Norte, alberga una amplia variedad de especies marinas y un sector pesquero vibrante. Con el fin de gestionar adecuadamente estos recursos, es esencial comprender y monitorear el estado de la red alimentaria y la calidad del agua en la región. Un nuevo estudio se ha centrado en definir y proponer un índice de salinidad que permite evaluar la entrada invernal de aguas frescas de la Plataforma Escocesa, utilizando modernas tecnologías de observación oceánica, como boyas, planeadores y datos satelitales. Mediante esta metodología, se busca proporcionar herramientas más efectivas para el pronóstico de cambios en el ecosistema marino del Golfo.
El nuevo índice de salinidad, diseñado específicamente para el GoM, se basa en mediciones de Salinidad de Superficie del Mar (SSS) obtenidas de satélites de humedad del suelo. Este enfoque innovador permite captar de manera precisa los cambios que ocurren durante el invierno cuando las aguas frescas y frías fluyen hacia el Golfo. Al incorporar los datos de salinidad y modelar la circulación oceánica, el estudio ha podido discernir la interconexión entre las variaciones de salinidad en diversas partes del Golfo, destacando la importancia de las aguas que se desplazan desde la Plataforma Escocesa hacia la Corriente Costera de Maine.
Los resultados preliminares indican que el proxy de salinidad derivado de satélites ha demostrado ser eficaz en pruebas con boyas regionales y modelos de asimilación de datos, identificando con éxito la variabilidad interanual entre 2015 y 2024. Este descubrimiento no solo tiene implicaciones para la comprensión de las dinámicas oceánicas en el GoM, sino que también sugiere que la dispersión de la entrada escocesa podría ser crucial para los flujos de agua dulce durante el invierno, lo que a su vez influye en la productividad biológica de la región.
Además, el estudio proporciona evidencia de que las variaciones de salinidad en el este del Golfo (eGoM) son precursoras de las variaciones observadas aguas abajo, subrayando la necesidad de un monitoreo constante de estas dinámicas hidrológicas. La advección de aguas de la Plataforma Escocesa hacia el Golfo, que ocurre a través de la Corriente Costera de Maine, podría tener un impacto significativo no solo en la calidad del agua, sino también en la salud del ecosistema marino y la pesca comercial, que dependen de la disponibilidad de nutrientes y el equilibrio de las comunidades planctónicas.
Finalmente, este esfuerzo de monitoreo es posible gracias a la colaboración de diversas organizaciones, incluyendo la NASA y NERACOOS, que han proporcionado datos y apoyo continuo. A medida que continuamos explorando y comprendiendo la complejidad del Golfo de Maine, el desarrollo de un índice de salinidad eficaz represente un avance notable en la predicción y gestión de los recursos marinos en esta región impactada por el cambio climático y la variabilidad climática.








