La Autoridad Portuaria de Namibia (Namport) ha sorprendido a la comunidad empresarial al cancelar una reciente licitación de precalificación destinada a la creación de una nueva base de suministro de petróleo y gas en el Puerto de Lüderitz. Esta decisión, tomada pocos días después de su anuncio inicial y sin ninguna justificación pública, representa un importante revés para los planes del gobierno de potenciar el desarrollo de este puerto. Lüderitz, aunque es el puerto más pequeño de Namibia, juega un papel crucial como centro de servicios energéticos, especialmente a la luz de los recientes hallazgos de petróleo en alta mar por parte de gigantes del sector como Shell y TotalEnergies.
La licitación, que había sido publicada el 12 de octubre, tenía como objetivo la concesión para el diseño, construcción, operación y eventual transferencia de la nueva base en la Bahía de Lüderitz para reforzar las operaciones de perforación en la Cuenca Naranja. Sin embargo, en una comunicación divulgada en las redes sociales, Namport anunció la cancelación de la licitación, expresa un contraste inquietante con las expectativas generadas en la industria. El silencio sobre las razones detrás de esta decisión ha dejado entrever una falta de claridad y confianza que podría tener repercusiones negativas en la atracción de inversiones estratégicas.
El Puerto de Lüderitz se encuentra en el extremo sur de Namibia y cuenta con proyectos en marcha para expandir su infraestructura, incluyendo una extensión de su muro de muelle de al menos 300 metros. Este desarrollo es crucial para facilitar el atraque de más buques de apoyo a la plataforma que operan en el sector energético en auge. Sin embargo, como ha apuntado Andrew Kanime, director ejecutivo de Namport, la capacidad de atraque actual ya está siendo sobrepasada, lo que dificulta el crecimiento y la operación efectiva de este importante centro para el suministro energético del país.
En el contexto de la competencia por el uso de espacio en el puerto, los intereses de la industria pesquera y minera local, que también dependen de la infraestructura portuaria, añaden una capa adicional de complejidad a la situación. Esto hace que la falta de desarrollos en el Puerto de Lüderitz sea aún más preocupante, ya que limita la capacidad de Namibia para capitalizar las oportunidades ofrecidas por los descubrimientos recientes de petróleo. La expectativa de comenzar a producir petróleo antes de 2030 ha sido un objetivo ambicioso para el país, pero la continuidad de esfuerzos como este es crucial para evitar el estancamiento.
La incertidumbre regulatoria y la escasez de infraestructura adecuada, junto con un mercado laboral que actualmente no cuenta con la calificación necesaria en el sector del petróleo y el gas, son factores que han comenzado a preocupar a inversores y operadores de la industria. La cancelación de la licitación por parte de Namport podría agravar estas preocupaciones, lo que llevaría a una reevaluación de las inversiones en el país. Mientras Namibia aspira a convertirse en un importante jugador en la producción de petróleo en la región, el camino hacia esta meta se presenta lleno de retos y decisiones críticas.








