Debido a la presencia de oleajes anómalos en la zona, el San Antonio Terminal Internacional tomó la decisión de proceder al zarpe de emergencia de dos naves portacontenedores. Esta medida busca resguardar tanto la seguridad de los trabajadores portuarios como la de los tripulantes a bordo, en el contexto de un fenómeno de marejadas que ha impactado la operatividad en el puerto. La situación se tornó crítica en horas de la mañana del martes cuando la nave MSC Iva, que estaba amarrada en el Sitio 1, sufrió un incidente grave al romper espías y una bita, lo cual motivó una rápida atención por parte de las autoridades portuarias.
El incidente, que afortunadamente no dejó heridos, se generó en el momento más intenso del fenómeno climático-oceanográfico. Las autoridades de planificación naviera, junto a un práctico autorizado, se reunieron para analizar la situación y activar los protocolos estipulados por la Autoridad Marítima en caso de marejadas. La fuente consultada explicó que durante el periodo álgido del fenómeno, las olas alcanzaron alturas considerables e impactaron con fuerza en la poza, afectando el comportamiento de las espías, lo que facilitó su corte y la ruptura de la bita.
Se destacó que las condiciones del mar se volvieron más severas debido a la coincidencia de alta marea y luna llena, que intensifican los efectos de las marejadas. Esta combinación de factores ha llevado a una serie de alertas en el Puerto de San Antonio. “En este momento, el puerto se encuentra bajo un aviso de marejadas vigente, lo que significa que la seguridad de todas las operaciones se encuentra en riesgo y se están tomando todas las medidas necesarias para garantizarla”, afirmaron desde la administración del terminal.
A raíz del desperfecto en el sistema de amarre de la nave MSC Iva, las operaciones en el muelle fueron inmediatamente suspendidas hasta que se evaluara la seguridad de la interfaz portuaria. Por lo tanto, la MSC Iva y la nave Maersk San Christobal están programadas para zarpar en breve rumbo a sus destinos, todo bajo estrictas condiciones de seguridad y luego de que se hayan verificado las reparaciones necesarias en sus sistemas de amarre.
Este suceso pone de relievo la importancia de la vigilancia constante en puertos frente a fenómenos climáticos adversos, así como la capacidad de respuesta de las autoridades portuarias. En un entorno donde los cambios climáticos generan más frecuentes y severos eventos de marejadas, resulta fundamental que los protocolos de seguridad sean efectivos y que el personal esté preparado para reaccionar rápidamente ante tales circunstancias.








